I ❤ NY, Lindsey Kelk

Sinopsis 


Angela es una joven londinense que huyendo de la infidelidad de su novio decide dejarlo todo y subirse a un avión rumbo a Nueva York. 
Allí se refugia en un coqueto hotel en el que conoce a Jenny. Su nueva amiga la guiará en un cambio de look radical y la introducirá en la vida de la ciudad que nunca duerme. En menos que canta un gallo, Angela recupera su autoestima y se encuentra saliendo con dos tipos de lo más atractivos. Y, lo mejor de todo, le dan la oportunidad de escribir en un blog sobre su ruptura, su huida y sus devaneos amorosos. 
Pero una cosa es hablar con sus lectores de sus problemas, y otra bien distinta solucionarlos... Angela se ha enamorado locamente de Nueva York, pero ¿tanto como para no volver a casa?




Autora: Lindsey Kelk 
Nº de páginas: 352
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: PLANETA





Metámonos de lleno en el asunto...... 


y ¡ojito con los spoilers!


Primero quiero dejar constancia de mi absoluta ignorancia con respecto a esta autora. De hecho acabo de descubrir que I ❤ NY es el primer libro de una trilogía y que por lo visto, Lindsey Kelk ya ha sacado bastantes libros como para tener su cierto público reconocido. Segundo decir que esta historia lleva en mi estantería desde hace años, que fue un regalo y que no pasé de las ocho páginas cuando lo comencé allá por la primera glaciación...
Pero... como el universo es infinito y la tierra gira alrededor del sol hace unos días decidí que ya era hora de saber qué era lo que estaba perdiéndome con Angela. 

Comencemos pues...


Angela Clark acaba de sufrir la peor traición hasta ahora posible para una mujer. Después de diez años de relación, su prometido guapo/triunfador/banquero decide engañarla con otra en la boda de sus mejores amigos. 


Por si no tenía suficiente se entera de que todos lo sabían y nadie había intentando enmendar la cornamenta que estaba impidiéndole entrar por la puerta...   

Con semejante choque postraumático, no es de extrañar que una se quede como la pobre Zooey Deschanel, pero Angela Clark no es cualquiera claro. Ésta pronto desecha los clinex, los helados calóricos y las sesiones de Pretty Woman y Desayuno con diamantes y se planta, al día siguiente como quien dice, en la ciudad más cosmopolita de la tierra. Nueva York. La princesita de todas las urbes. 

Y en menos de lo que canta un gallo, encuentra a la amiga-psicóloga más enrollada y comprensible del planeta: Jenny Lopez (sí, amigos, como oís) que resulta ser la recepcionista del hotel donde se está hospedando. Claro que la cosa puede seguir siendo aún más cool. Ángela, que ha apartado a un lado su penosa situación amorosa, decide que ya puestos... ¿para que llorar si puede fundirse la visa de su ex-prometido yéndose de compras en la ciudad donde todo es posible?

Metida en su burbuja de realidad particular, Angela Clark va remodelando no solo su imagen y vestuario sino también su vida. Y no cualquier vida. ¡La vida neoyorquina! Y de repente, endulzando todo de un misticismo irracional, y ¡en menos de una semana! ¡Qué digo semana, días! (hay que hacer hincapié en la suerte de esta chica, ojo.) encuentra a: dos hombres atractivos que en cuestión de horas compiten por meterse entre sus sábanas. Además su círculo de amistades se amplia y encuentra trabajo. Porque sí, amigos. Angela Clark no busca trabajo: el trabajo la encuentra a ella.

¡Como para volver a Londres! Seamos comprensivos con Angela: rentabilizar unos cuernos nunca había sido tan fabuloso y más cuando te ofrecen la oportunidad de hablar sobre ello. ¡Y no sólo hablar de cómo cargarte la boda de tus mejores amigos, huir del país y dar de pleno con la varita mágica del hada madrina de Cenicienta! ¡Te piden que cuentes en tu columna online todos los detalles de tus dos nuevos devaneos amorosos! 


            ❤❤





        Alex Reid, el cantante sexy                       ó                                 Tyler Moore, el príncipe ceniciento

¡La vida es injusta contigo Angela, lo sabemos! 
Pero no desistas, aún puedes contar en tu columna cuál de los dos tiene la sonrisa más vitaldent, o elegir entre la cita más perfecta que tanto merecías. ¡A esas alturas, y habrán pasado tres días, tu ex- prometido de diez años es sólo una carpeta vacía en la papelera del escritorio! ¿Es que estamos locos? ¡Así no se puede, Angela!


Poniéndonos serios y

ayudando siempre al bolsillo... 


I  ❤ NY, no es un libro que vayáis a recomendarles a vuestros nietos. Tampoco es que vayáis a recoger muchas citas célebres de él. Quizás si sufrís de corazón roto no es buena idea que viajéis hacia la ciudad más cosmopolita sin una buena tarjeta de crédito que os respalde. Quizás no seáis Angela Clark, ni corráis con su misma suerte (que más que suerte, es divinidad personificada). Quizás no encontréis amigas tan cool que os maquillen, peinen, asesoren y os den consejos sobre cómo sobrevivir a las citas neoyorquinas o tal vez, no encontréis a dos de los hombres más atractivos del planeta que justo ¡os quieran a vosotras!

Pero eso no implica que no podáis leer una historia divertida, entretenida y fácil (tan fácil que podéis leérosla en una tarde). Incluso podéis reíros con las ocurrencias de Angela (que como ya habréis comprobado no es del todo santo de mi devoción), podéis haceros camisetas y suspirar con Alex Reid todo el tiempo que queráis (o si por el contrario os decantáis por el ceniciento.)


                         Hola- saludó moviendo los labios sin articular sonido
         Di a la pausa y me quedé mirándolo sin comprender.
-         ¿No te gustaría ver lo que estás escuchando?- dijo, a continuación extendiendo la mano por encima de la mesa para coger mi iPod. Los auriculares se me salieron de las orejas y cayeron sobre el cuaderno-. Así sabrías de forma rápida y directa si pedirle a esa persona que salga contigo a tomar algo.
                                                            
O quizá incluso podáis quedaros tan a gusto con el final, como hice yo. Soltareis un más que justificado "era de esperar" y os sentiréis maléficas por unos segundos. (si es que para qué dices que eres bloguera, Angela). ¡Prometo que no iréis al infierno por desear tragedias ajenas, al menos no en este caso! 

Y si por algún caso decidís reíros por voluntad propia... sabed que, después vienen:





                         



















  


.¡Nos leemos maravillosos!



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